jueves, 30 de enero de 2014

Nevadito


El hombre vestido de azul golpeó prepotente mi puerta...
Por un instante pensé cómo puede ser que esto me ocurra a mi? juro que lo hice sin malas intenciones pero ahora quién va a creerme?Qué horror querer salir de una situación,impedida de correr,con el grito trabado en la garganta y los latidos acelerados meciendo el corazón hacia cualquier parte,como queriendo escapar del pecho.Acorralada y sin espacios para fuga,peor que un pájaro en una gran jaula de fríos barrotes.
Sin dudas,la culpa es mía.Me equivoqué al pensarlo todo el tiempo,loca y desmesuradamente,creo que fue así como me enamoré de él de improviso .Fue verlo y amarlo a destajo .Ahora que lo recuerdo las imágenes se suceden como polaroids en mi mente...Cuándo sucedió tal naufragio? Habrá sido el día que me llamó amor o aquel momento en que decidió negarme,quizás ese instante en que supe que nunca sería para mi...Será cuando aloje en mi cabeza la forma apasionada en que se juntan nuestros cuerpos para elevar el más bello de los vuelos,flotando en una nube,aferrados al arco iris,cruzando el mar encrespado en un cielo del mismo color...
O aquel día en que me susurro su primer te quiero y la felicidad fue tan inmensa que estallé como globo que solo aquel que ama logra entender esta sensación de flotar en el espacio sideral,sin que nada importe solo él y yo en nuestro pequeño universo...
Inmensa la magnitud del error, irreparable por más que busque jamás encontraré la forma de enmendarlo.El nunca va a perdonarme...inútil recordar esos días en los que me llamaba cielo hoy debo ser tan solo una gris tormenta,un agrietado mix de oscuridades.
Estoy absolutamente convencida de ser solo una triste melodía en el pentagrama de su existencia...Ha de ser esa la única razón por la que efectuó la denuncia.
El agente me dice que tengo que ir a la seccional a declarar porque el Nevadito me acusa de acosarlo mentalmente.Pido un minuto para buscar mi cartera y entretanto me pregunto tanto mal habré hecho? es tan grande el amor y tan triste el olvido...
Salgo,cierro la puerta de calle y subo al patrullero,angustiada por una sola razón:nunca le importe.